DOMINGO DE GLORIA
Para
narrar los hechos de la Resurrección, he seguido el Evangelio de Juan, que es
el más prolijo en detalles y me ha parecido, tal vez por ello, más fiable que
las versiones que se pueden leer en los Evangelios sinópticos.
Pues
bien. Aún no había amanecido cuando ya estaba María Magdalena ante el sepulcro
de Jesús descubriendo con sorpresa que alguien había corrido la pesada piedra
que tapaba su entrada. Se asomó dentro de la cueva y la vio vacía, así que la
pobre, asustada, salió a toda pastilla a buscar a Pedro y a Juan para contarles
lo ocurrido. Los tres volvieron corriendo y al llegar encontraron la puerta
franca y los lienzos de la mortaja por el suelo, pero no vieron a nadie ni vivo
ni muerto.
Los
dos apóstoles se fueron a toda prisa a avisar a sus compañeros de la noticia,
así que quedó María Magdalena sola ante el sepulcro. Volvió a asomarse al
interior de la gruta y vio dos ángeles, sentado cada uno de ellos en un extremo del pétreo lecho en que había
estado depositado el cadáver de Jesús. Después de cruzar desconcertada un par
de frases con ellos se volvió y vio tras de sí a un hombre al que creyó un
hortelano del lugar.
El
hombre le preguntó por qué lloraba y pero la Magdalena, suponiendo que aquel
desconocido podría estar involucrado en la desaparición del cuerpo de Jesús, le
rogó vivamente que le dijese dónde lo había puesto, pues ella se haría cargo
del cadáver. Pero el desconocido la llamó por su nombre -¡María!- y ella, dándose
al fin cuenta de quién le hablaba, casi sin poder pronunciar la palabra le contestó
con arrebatado fervor:
-¡Maestro!
– Y quiso agarrase a sus vestidos para retenerle.
Pero
Jesús, tal vez sonriendo, le pidió que no le tocase (noli me tangere), pues dijo que aún no se había presentado ante el
Padre. Luego la dio instrucciones para que anunciase a los apóstoles que el
Mesías, tal y como había prometido: HABÍA RESUCITADO.
CONCLUSIÓN
Aquí
termina todo. Jesús ha sido torturado, ha muerto y ha resucitado; el ciclo se
ha completado y se acabó lo que hoy llamamos Semana Santa. Para el culto
cristiano este domingo es el día central del año pues no pudo existir
cristianismo sin Resurrección. Morir por los demás voluntariamente es un acto
heroico, pero no infrecuente; morir por los demás diciendo que se es Dios, es
bastante menos frecuente, claro; pero demostrar al tercer día que, en efecto, se
es Dios, ya es la repera. Esa es la piedra angular del cristianismo: Jesús pasó
ese domingo de ser un buen tipo que proclamaba la supremacía del amor, a ser
nada menos que el Hijo de Dios hecho carne.
CONCLUSIÓN PERSONAL
Es
muy difícil escribir sobre una persona o una idea con total abstracción del
sentimiento de quien lo hace. Siempre, por más esfuerzo que se haga, hay fisuras
por donde escapa el alma del escritor. Durante esta semana he procurado que
prevaleciese en mi texto la historicidad y la claridad sobre la religiosidad (Aunque
admito que el uso de las mayúsculas en las dos últimas palabras de la narración
de este domingo han sido una debilidad).
Al
empezar con este trabajo me planteé si debía dejar clara mi posición ante lo que
iba a contar. Decidí, para no condicionar al lector (si es iba a haber un
lector), hacerlo al final, pues no quería que se pudiese decir algo así como:
“Claro, eso lo dice Canel porque el tío es cristiano”.
No
quería, como digo, que eso ocurriese, pero no sería justo ahora no exponer paladinamente
la perspectiva desde la que he escrito todo esto.
Yo
SOY CREYENTE. Es un problema de necesidad. Pero aunque así no fuese, lo sería
por comodidad. No digo yo que no sea difícil creer en Dios, pero es que no
creer de verdad en Dios es muchísimo más difícil.
Yo
SOY CRISTIANO y por tanto creo en Jesucristo, hijo de Dios Padre. Y no es solo
un problema de fe, que tengo la suerte de que me haya sido concedida, es que
quiero ser europeo y pertenecer a la civilización occidental. Quiero entrar en
el museo del Prado y al ver el Noli me
tangere de Correggio, entrar en el
“alma del cuadro” y no quedarme en el azul de la túnica, el celaje matutino o la
profundidad que crea el rompimiento.
Yo
SOY CATÓLICO porque, a fuer de cristiano, quiero pertenecer a la única Iglesia
que fundó Cristo. Allá ellos los cristianos que se apuntan a una Iglesia
fundada por Lutero, Calvino, Enrique VIII, William Miler, Joe Smith o Charles Taze
Russell muchos siglos después; yo me apunto al original. Y también lo soy
porque, en cuestiones de amor, no creo que haya nada capaz de superar al Nuevo
Mandamiento que proclamó Jesús.
¡Ah!
Y que no se me olvide. Yo SOY PECADOR porque… No sé. Supongo que, usando las palabras
de Jesús en Getsemaní, el espíritu está pronto pero la carne es débil. Y los
que, como yo, tenemos mucha carne pues… ¡Más débiles todavía!
Esta
serie la habéis recibido 270 AMIGUETES. Gracias a todos por haberme leído y
feliz Pascua de Resurrección.
© Canel
12 de abril
AÑO 1º de CONFINAMIENTO
BIBLIOGRAFÍA
UTILIZADA
TEXTOS
BIBLICOS*
BIBLIA Nácar-Colunga (BAC 1959)
NUEVO TESTAMENTO (BAC 1962)
EVANGELIOS APÓCRIFOS (Ed. Creación,
2008)
BIBLIA DE JERUSALÉN. (Desclée de
Brouwer.- 2009)
*Aunque los Evangelios son prácticamente
idénticos en los 3 textos canónicos, no lo son sus aparatos críticos.
OTROS
TEXTOS
Asimov, Isaac.- GUÍA DE LA BIBLIA II
(Plaza & Janés 1995)
Balasch y Ruiz.- DICCIONARIO BÍBLICO.
(Tikal 2004)
Oberländer, Beatriz.- JERUSALÉN
(Orbis-Montena 1985)
Palma, Luis de la.- LA PASIÓN DEL SEÑOR
(Palabra 1987)
Ratzinger, Benedicto XVI, Joseph.- JESÚS
DE NAZARET (Encuentro 2011)
Renan,
Ernest.- VIDA DE JESÚS (Ed. Ibéricas
1999)
(Mi
asistenta me quería matar al ver tantos libros por la mesa)
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