domingo, 12 de abril de 2020

CONCLUSION PARA UN DOMINGO DE RESURRECCIÓN




DOMINGO DE GLORIA

Para narrar los hechos de la Resurrección, he seguido el Evangelio de Juan, que es el más prolijo en detalles y me ha parecido, tal vez por ello, más fiable que las versiones que se pueden leer en los Evangelios sinópticos.
Pues bien. Aún no había amanecido cuando ya estaba María Magdalena ante el sepulcro de Jesús descubriendo con sorpresa que alguien había corrido la pesada piedra que tapaba su entrada. Se asomó dentro de la cueva y la vio vacía, así que la pobre, asustada, salió a toda pastilla a buscar a Pedro y a Juan para contarles lo ocurrido. Los tres volvieron corriendo y al llegar encontraron la puerta franca y los lienzos de la mortaja por el suelo, pero no vieron a nadie ni vivo ni muerto.
Los dos apóstoles se fueron a toda prisa a avisar a sus compañeros de la noticia, así que quedó María Magdalena sola ante el sepulcro. Volvió a asomarse al interior de la gruta y vio dos ángeles, sentado cada uno de ellos  en un extremo del pétreo lecho en que había estado depositado el cadáver de Jesús. Después de cruzar desconcertada un par de frases con ellos se volvió y vio tras de sí a un hombre al que creyó un hortelano del lugar.
El hombre le preguntó por qué lloraba y pero la Magdalena, suponiendo que aquel desconocido podría estar involucrado en la desaparición del cuerpo de Jesús, le rogó vivamente que le dijese dónde lo había puesto, pues ella se haría cargo del cadáver. Pero el desconocido la llamó por su nombre -¡María!- y ella, dándose al fin cuenta de quién le hablaba, casi sin poder pronunciar la palabra le contestó con arrebatado fervor:
-¡Maestro! – Y quiso agarrase a sus vestidos para retenerle.

Pero Jesús, tal vez sonriendo, le pidió que no le tocase (noli me tangere), pues dijo que aún no se había presentado ante el Padre. Luego la dio instrucciones para que anunciase a los apóstoles que el Mesías, tal y como había prometido: HABÍA RESUCITADO.

CONCLUSIÓN

Aquí termina todo. Jesús ha sido torturado, ha muerto y ha resucitado; el ciclo se ha completado y se acabó lo que hoy llamamos Semana Santa. Para el culto cristiano este domingo es el día central del año pues no pudo existir cristianismo sin Resurrección. Morir por los demás voluntariamente es un acto heroico, pero no infrecuente; morir por los demás diciendo que se es Dios, es bastante menos frecuente, claro; pero demostrar al tercer día que, en efecto, se es Dios, ya es la repera. Esa es la piedra angular del cristianismo: Jesús pasó ese domingo de ser un buen tipo que proclamaba la supremacía del amor, a ser nada menos que el Hijo de Dios hecho carne.

CONCLUSIÓN PERSONAL

Es muy difícil escribir sobre una persona o una idea con total abstracción del sentimiento de quien lo hace. Siempre, por más esfuerzo que se haga, hay fisuras por donde escapa el alma del escritor. Durante esta semana he procurado que prevaleciese en mi texto la historicidad y la claridad sobre la religiosidad (Aunque admito que el uso de las mayúsculas en las dos últimas palabras de la narración de este domingo han sido una debilidad).
Al empezar con este trabajo me planteé si debía dejar clara mi posición ante lo que iba a contar. Decidí, para no condicionar al lector (si es iba a haber un lector), hacerlo al final, pues no quería que se pudiese decir algo así como: “Claro, eso lo dice Canel porque el tío es cristiano”.
No quería, como digo, que eso ocurriese, pero no sería justo ahora no exponer paladinamente la perspectiva desde la que he escrito todo esto.
Yo SOY CREYENTE. Es un problema de necesidad. Pero aunque así no fuese, lo sería por comodidad. No digo yo que no sea difícil creer en Dios, pero es que no creer de verdad en Dios es muchísimo más difícil.
Yo SOY CRISTIANO y por tanto creo en Jesucristo, hijo de Dios Padre. Y no es solo un problema de fe, que tengo la suerte de que me haya sido concedida, es que quiero ser europeo y pertenecer a la civilización occidental. Quiero entrar en el museo del Prado y al ver el  Noli me tangere  de Correggio, entrar en el “alma del cuadro” y no quedarme en el azul de la túnica, el celaje matutino o la profundidad que crea el rompimiento.
Yo SOY CATÓLICO porque, a fuer de cristiano, quiero pertenecer a la única Iglesia que fundó Cristo. Allá ellos los cristianos que se apuntan a una Iglesia fundada por Lutero, Calvino, Enrique VIII, William Miler, Joe Smith o Charles Taze Russell muchos siglos después; yo me apunto al original. Y también lo soy porque, en cuestiones de amor, no creo que haya nada capaz de superar al Nuevo Mandamiento que proclamó Jesús.
¡Ah! Y que no se me olvide. Yo SOY PECADOR porque… No sé. Supongo que, usando las palabras de Jesús en Getsemaní, el espíritu está pronto pero la carne es débil. Y los que, como yo, tenemos mucha carne pues… ¡Más débiles todavía!
Esta serie la habéis recibido 270 AMIGUETES. Gracias a todos por haberme leído y feliz Pascua de Resurrección.
© Canel
12 de abril
AÑO 1º de CONFINAMIENTO


BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
TEXTOS BIBLICOS*
BIBLIA Nácar-Colunga (BAC 1959)
NUEVO TESTAMENTO (BAC 1962)
EVANGELIOS APÓCRIFOS (Ed. Creación, 2008)
BIBLIA DE JERUSALÉN. (Desclée de Brouwer.- 2009)
*Aunque los Evangelios son prácticamente idénticos en los 3 textos canónicos, no lo son sus aparatos críticos.

OTROS TEXTOS
Asimov, Isaac.- GUÍA DE LA BIBLIA II (Plaza & Janés 1995)
Balasch y Ruiz.- DICCIONARIO BÍBLICO. (Tikal 2004)
Oberländer, Beatriz.- JERUSALÉN (Orbis-Montena 1985)
Palma, Luis de la.- LA PASIÓN DEL SEÑOR (Palabra 1987)
Ratzinger, Benedicto XVI, Joseph.- JESÚS DE NAZARET (Encuentro 2011)
Renan, Ernest.- VIDA DE JESÚS  (Ed. Ibéricas 1999)
(Mi asistenta me quería matar al ver tantos libros por la mesa)


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