jueves, 9 de enero de 2014

666 NÚMERO DE LA BESTIA


Como es archisabido, el capítulo 13 del Apocalipsis de San Juan, último libro del Nuevo Testamento, se refiere a una bestia que habitualmente identificamos con el mal o, más personalmente, con el diablo.
Textualmente, el Apocalipsis dice: “Que el inteligente calcule el número de la Bestia,  pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666”. (Ap. 13, 18).
Ni que decir tiene que exégetas, cabalistas, ocultistas, ufólogos y público en general, se han pasado unos cuantos siglos ofreciendo ideas más que descabelladas  sobre este número. Pondré sólo un ejemplo de lo con fórceps que se han elaborado estas teorías: alguien que se aburría en casa descubrió que si a la letra A se le da valor de 101, a la B de 102, a la C de 103, y así sucesivamente, la suma de las letras del apellido Hitler daría 666. Por su parte, los traductores de la Biblia, Nácar y Colunga, consideraron que el 666 se refería a algún emperador romano persecutor de cristianos, pero no se deciden por ninguno en concreto.
Pero en los últimos años ha surgido una teoría inquietante. La letra waw, ocupa en el orden de los alfabetos arameo, fenicio y hebreo, los idiomas en que se escribió la Biblia, el 6º lugar. Esta letra waw es la que representa a la actual “w” latina. Por tanto, en el código cifrado más simple, el que identifica una letra con su número de orden y viceversa, wawwawwaw, que en nuestro alfabeto se escribiría www, corresponde al 666.
Y es inquietante porque, sobre www, dice el Apocalipsis: “Entonces la tierra entera siguió maravillada a la Bestia. (…) y se postraron ante la Bestia diciendo: ¿Hay alguien como la Bestia? (…), se le concedió poderío sobre toda raza, pueblo, lengua y nación. La adorarán todos los habitantes de la tierra…” (Ap. 13, 3-8)” ¿Y si sustituimos “bestia” por “internet”?
Pero ha habido mala suerte. Resulta que en el poblado egipcio de Bahnasa (en griego antiguo, Oxirrinco), aparecieron en un vertedero unos cuantos miles de documentos, en su mayoría papiros, cuya datación más antigua era del siglo I. Se conocieron  en 1802, se empezó a trabajar sobre ellos en serio en 1897 y aún no se ha terminado de sacarles el jugo.
Entre los documentos que han aparecido, que se conocen como los Papiros de Oxirrinco, hay 26 fragmentos del Apocalipsis de San Juan (1999) datados en el siglo III. De su lectura se puede extraer que el número de la bestia no el 666, sino el 616; así que hay que empezar el juego de nuevo.
 De este número se tenían noticias pues San Ireneo, Padre de la Iglesia que vivió en el siglo II, ya lo mencionaba así en su obra “Contra las herejías” (año 185), pero por alguna razón ese número quedó arrumbado.



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