Tras la derrota de Napoleón Bonaparte en la Batalla de las Naciones
(Leipzig, 1814), los vencedores, la llamada “Sexta Coalición”, le depusieron
confinándole en Elba, que es una islita del Tirreno de unos 225 km2,
aunque autorizándole a conservar el título imperial.
Pero Bonaparte no aguantó mucho allí. Había comenzado su cautiverio el 3 de
mayo de 1814 y en el mes de marzo del año siguiente, en connivencia con
antiguos oficiales de su ejército, escapó en dirección a París para dar
comienzo a lo que después se llamó el “imperio de los 100 días”.
Le Moniteur Universel era el periódico francés más marcadamente revolucionario. Bueno pues
leamos, para sorpresa de biempensantes, hilaridad de chuscos y vergüenza del periodismo,
cómo evolucionaron sus titulares a medida que Napoleón se iba acercando a la
capital francesa.
El día 9 titula: “El monstruo ha escapado de su
destierro”.
El 10: “El ogro corso ha desembarcado en Cape Jean”.
El 13: “El tirano está ahora en la zona de Grenoble y
Lyon.”
El 16: “El usurpador ha osado acercarse hasta un punto…”.
El 19: “Bonaparte de acerca con paso veloz”.
El 20: “Napoleón llegará mañana a las murallas de
París”.
El 21: “El emperador Napoleón está en Fontenaibleau”.
El 22: “Ayer por la tarde su majestad el emperador
hizo su entrada pública en las Tullerías. Nada puede superar esta alegría
universal”.
El proceso era el natural: monstruo > ogro >
tirano > usurpador > Bonaparte > Napoleón > emperador > su
majestad el emperador. ¡Cuánta inverecundia!
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