lunes, 12 de enero de 2015

EL ORIGEN DEL QUESO SEVILLANO

Antes de seguir adelante voy a dar tres malas noticia a muchos AMIGUETES interesados en esto de los vikingos. El primero es que eran gente limpísima para lo que se usaba en la época; un cronista británico achaca a este aseo el éxito de los vikingos entre las chicas de su tierra. El segundo es que sus barcos no se llamaban “drakkars” (el drakkar era sólo el mascarón de proa) sino “knoerrs”, si eran cortos, o “langskip”, si eran largos. Y el tercero es que los cascos de los vikingos no tenían cuernos; eso fue sólo fruto de la imaginación de artistas románticos del siglo XIX.
Todo un cambio de perspectiva sobre estos tipos ¿No?
Dicho lo cual contaré que los vikingos (o normandos, o varegos u otra media docena de nombres más) eran bandoleros y comerciantes (parece que, por entonces, ya se conocía la identidad entre ambas profesiones) originarios de Escandinavia; en su mayoría naturales de Dinamarca.
En el año 834 comienzan una expedición de saqueo a lo largo de la costa atlántica, en la que asolaron no sólo ciudades costeras, sino también núcleos urbanos del interior. En 843 establecen una base en Bayona (Francia) y, según algunos historiadores, otra en Mundaca (Vizcaya).
En agosto de 844 se plantan ante Gijón, donde son rechazados. Poco después arriban a Betanzos  y se internan por la ría (parecida a un fiordo) hasta entrar en la provincia de Lugo. También allí son obligados a retirarse.
Pasan un par de semanas en el área de Lisboa, toman rumbo sur, remontan en el Guadalquivir y, tras desvalijar algunas plazas ribereñas, llegan a Isla Menor el 25 de septiembre. Desde allí saquean Coria del Río asesinando a toda su población y, después de combatir duramente con los andalusíes los días 28 y 30, toman la ciudad de Sevilla. Habiendo huido la mayoría de sus habitantes, la saquean sin oposición durante siete días.
En las siguientes semanas, los vikingos, con caballos tomados a los sevillanos, recorren la vega del Guadalquivir asolando campos y pueblos.
Desde Córdoba, Abderramán II manda un ejército que, el 11 de noviembre, derrota a los invasores en Tablada. Los normando solicitan paces y llegan a un acuerdo con los sevillanos. Así que los atacantes hubieron de retirarse, sin embargo tenían la violencia tan interiorizada que, con acuerdo y todo, al regresar hacia el océano le dieron una pasadita a Niebla.
Pero hubo vikingos que, probablemente por quedar copados al norte de Sevilla, no pudieron volver con los suyos. Nadie les molestó, así que se asentaron en los alrededores de Carmona. Algunos imames se encargaron de islamizarles y desde entonces, estos rubios muladíes se dedicaron a la producción de leche y a la elaboración de quesos.
Por lo visto, el “descendiente” de este queso sobrevive aún, pues parece ser que el reputado queso sevillano es un heredero directo del queso danés (ost) del tipo roquefort llamado Dansk Blaskimmel.
Por lo demás, un cuarto de siglo más tarde los vikingos lo intentaron de nuevo. Llegaron hasta Sevilla por vía fluvial e incendiaron una mezquita. Pero Mohamed I, el hijo de Abderramán II, les derrota y salen definitivamente de esa área para marchar a saquear Orihuela.

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