La diosa Isis tenía una hermana llamada Neftis. La primera estaba casada con Osiris y la segunda con Set, personaje abyecto y vil. Cuenta la leyenda que, sólo por pura envidia, Set decidió asesinar a su concuñado Osiris.
Para
llevar adelante sus protervos planes, Set organizó una fiesta en la que ofreció
regalar un sarcófago lujosísimo a aquel de sus invitados capaz de acomodarse
adecuadamente en él. Cuando Osiris entró dentro del sarcófago para probarlo,
Set y sus servidores lo cerraron herméticamente, lo sellaron y lo arrojaron al
Nilo.
El
ataúd bajó por el cauce del río hasta salir al Mediterráneo, yendo a parar a
las costas de Fenicia y quedando allí enredado entre las raíces de unos
árboles. Con el tiempo, el sarcófago va
quedando integrado en la madera de esos árboles hasta llegar a formar parte del
tronco de uno de ellos. Posteriormente, ese árbol es cortado y su madera
utilizada para hacer una columna que se destina a la construcción de un palacio
de Biblos. Biblos es una ciudad real (hoy Djubail, en Líbano), perteneciente a
Fenicia, que mantuvo significativas
relaciones con Egipto por ser un importante centro mediterráneo de comercio de
papiros.
A
todo esto Isis, la esposa y hermana de Osiris, ayudada por Neftis, tras larga y
complicada búsqueda, consigue encontrar el sarcófago con los restos de su
marido, incrustado en el pilar de madera, rescatarlo y volverse con él a
Egipto. En tanto decide qué hacer con aquello, deja su tesoro a buen recaudo y
parte al encuentro de su hijo Horus.
Isis
reza a Amón, deidad soberana, para que devuelva la vida a Osiris, pero el dios
supremo duda de que sea cierta la historia que Isis le está contando, así que
le hace saber que sólo le prestará ayuda si, como demostración de que lo que le
cuenta es cierto, ella le muestra el cadáver de Osiris.
Pero
cuando regresa Isis a buscar el cuerpo al lugar en que lo había ocultado, se
encuentra con que éste había desaparecido, pues el malvado Set, informado de la
llegada del difunto de nuevo a Egipto, había secuestrado los restos, los había
troceado en 14 cachitos y los había repartido a lo largo de las orillas del
Nilo.
Pero
Isis recorre el río, recupera los trozos
y consigue mostrar el cadáver completo a Amón que, cumpliendo su promesa, le
devolvió la vida.
Pero
como un muerto no podía volver a la vida humana, Amón confinó a Osiris en el
inframundo, como rey de los muertos, donde residen los difuntos hasta que
consiguen llegar al paraíso.
Bueno.
Pues todo esto no es más que una de las versiones de esta leyenda, pues existen
diversas variaciones sobre la misma que incluyen detalles más o menos conocidos
sobre este asunto central.
Una
de las variantes afirma que al reunir los 14 trozos de Osiris, Isis no encontró
más que 13 faltando, casualmente, el falo, porque se lo había comido un pez.
Pero Isis le fabricó a su marido uno de madera, yació con él y de esa coyunda
nació Horus (en la versión original Horus ya existía).
Hay
otras versiones que dicen que Horus no era hijo de Isis y Osiris, sino hermano
de ambos. Y otras más en las que, curiosamente, aunque hasta ese momento el
panteón Egipcio no contaba más que con 9 dioses (Amón como dios superior, Shu y
Tefnut eyaculados por el propio Amón, Gueb y Nut, hijos de esa primera pareja y
los 4 personajes, biznietos de Amón, actores de este drama), en todo el remate
de esta historia participaron decenas de dioses, que no se sabe muy bien de
dónde salieron, dando su opinión.
HISTORIA PARA AMIGUETES.- XXXII
17.01.11
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