lunes, 4 de marzo de 2013

MUERTE INÚTIL EN EL "CASTILLO DE OLITE"


El “Postishev” era un buque mercante construido en 1921, propiedad de la Unión Soviética desde 1936.
En mayo de 1938, durante la Guerra Civil española, fue interceptado en el estrecho de Gibraltar por un buque auxiliar franquista, el “Vicente Puchol”, que era un crucero reutilizado como minador, mínimamente artillado. El buque capturado, rebautizado como “Castillo de Olite”, quedó adscrito a la Marina de Guerra nacional en noviembre de ese año.
En Cartagena, a puntito de acabar la guerra, se produjo una revuelta contra la República y a favor de Franco. Los rebeldes tomaron la ciudad y hubo incluso momentos en que conquistaron las baterías de costa que defendían el puerto. Inmediatamente pidieron por radio ayuda a los franquistas.
En los tres días siguientes la sublevación fue dominada por unidades comunistas favorables al presidente Negrín, aunque este, precisamente durante esas fechas, se había dado el piro en dirección a Francia. Los nuevos dueños de la ciudad no habían conseguido evitar la huida de la flota republicana en dirección a Argelia, pero al menos habían reconquistado las baterías de costa y los cuarteles ocupados por los profranquistas.
Creyendo el mando nacional que la situación en Cartagena estaba dominada por los suyos, planeó un desembarco en la “ciudad departamental” para lo que envió 20.000 hombres a bordo de 30 buques de transportes de tropas. Entre ellos estaba el “Castillo de Olite” que zarpaba de Castellón con 2.112 hombres y… la radio rota.
Enterados todos los buques del fracaso de la revuelta cartagenera, fueron regresando a sus bases. Todos menos el “Castillo de Olite” que, incomunicado, siguió hacia Cartagena casi creyendo ir a zona amiga.
Un solo pepinazo, dirigido por un artillero profesional desde una de las baterías de costa, la llamada “La Pajarola”,  hizo blanco y hundió el barco.
Murieron de forma totalmente absurda e inútil 1.476 hombres, quedaron heridos 342 y fueron hechos prisioneros otros 294 que se salvaron llegando a tierra a nado.
Sólo veintisiete días después acababa la Guerra Civil.
¡Qué lástima de vidas perdidas por simple ineptitud!

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